Un Barça a medio gas, suficiente para acentuar nuestra caída libre.
El Barça, liderado por un descomunal Messi, jugando a medio gas, sobre todo tras el 2-0, deja al Atleti más lejos de sus últimos objetivos de la temporada.
El planteamiento de Quique, dejando a Forlán en el banquillo, fue conservador, como en otros partidos ante los grandes. El equipo salió agazapado en defensa, esperando que en alguna contra el balón le llegará al Kun para poder marcar un gol. Pero, esto teniendo al Barça de los récords delante, es muy dificil. Y así fue, bastó un arranque de genialidad de Messi y un nuevo desajuste defensivo para que el 1-0 subiera al marcador tras un buen disparo desde el borde del área del argentino. Poco después, en un balón que Antonio López, no supo rechazar ni despejar a corner, supuso que Messi rematara de nuevo a nuestras redes. Era el 2-0 y casi la sentencia del partido. El planteamiento de Quique ya no valía y el equipo mostraba su cara más floja, no siendo capaces ni de crear juego, ni de retener el balón más tres pases seguidos (enfermedad ya habitual en muchos partidos de esta temporada). Y así, hasta el final de la primera mitad, en la que simplemente se acercó al área azulgrana en una ocasión en la que Alves realizó una dura entrada al Kun que mereció la tarjeta roja. Tiago, sacó rápido la falta y marcó mientras el árbitro anotaba la cartulina, y éste anuló el gol justamente.
En el segundo tiempo, Forlán salió en lugar de un desaparecido Fran Mérida y dio otro aire al equipo, que consiguió llevar la iniciativa, e incluso quitarle el control del balón a la máquina azulgrana. Todo pudo cambiar si Filipe Luis hubiera acertado en un buena contra del Atleti, que Piqué sacó con la cabeza desde la misma línea de gol, pero lamentablemente no entró. Poco después, Messi realizó un gran remate de cabeza, y allí, estaba nuestro GIGANTE David De Gea, para dejar el sello de su inmensa calidad en el Nou Camp, realizando una parada espectacular. En el minuto 70, en un balón suelto tras un rechace de De Gea a los pies de Villa, y en el que Godín estuvo lento de reación, Messi firmó un nuevo hat-trick y cerró definitivamente el partido.
Ocurrió lo normal, victoria del Barça, decimosexta seguida en liga, récord histórico de victorias consecutivas, ante un Atleti que sólo plantó cara durante 30 minutos, y fue cuando el partido, teniendo en cuenta el rival que había enfrente, ya estaba prácticamente resuelto (tampoco es la primera vez que ocurre esto esta temporada). Aunque lo ocurrido en el partido era lo normal, salvo milagro y de los grandes, nos deja con el único objetivo de luchar por la Europa League, que afortunadamente para nuestro intereses debido a los finalistas de Copa, pasa por conseguir al menos el séptimo puesto, misión que a la vista de la actual situación anímica y deportiva del equipo se antoja muy complicada. Esperemos que todo cambie y el equipo reaccione pronto. Si no es así, la guerra civil "afición-directiva-equipo" en el Calderón será muy dura en lo que resta de temporada.
